UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

mayo 09, 2010

Símbolos

 Carl G.Jung en su trabajo El Hombre y sus Símbolos, haciendo referencia al simbolismo onírico, opone la noción de símbolo a la de signo para caracterizar a ambos. Allí explica que, según su concepción, los signos aluden a los objetos a que están referidos y es allí donde termina su función y su alcance. En un signo no hay nada oculto, nada por develar. Su significado es inmediato y obvio y siempre es menor que el concepto que representa. Los ejemplos que ofrece son, entre otros, las siglas como Unesco o Unicef, las marcas de fábrica y las insignias.
El símbolo, en cambio, sería una suerte de "signo del misterio" quien asevera acerca de él: "Representa algo vago, desconocido u oculto para nosotros. Muchos monumentos cretenses, por ejemplo, están marcados con el dibujo de la azuela doble. Este es un objeto que conocemos, pero desconocemos sus proyecciones simbólicas. Así es que una palabra o imagen es simbólica cuando representa algo más que su significado inmediato y obvio". Recalca además que, contrariamente a los signos, "los símbolos son productos naturales y espontáneos". Ningún genio se sentó jamás con la pluma o pincel en la mano diciendo "ahora voy a inventar un símbolo". En su gran mayoría, los símbolos son culturales, se gestan y se comparten en el seno de una época, cultura o sociedad y por ende, pueden cambiar y de hecho, cambian. Por ejemplo: en Occidente el color negro significa luto, mientras que en parte de Oriente el mismo concepto es aludido mediante el blanco. El ciruelo, símbolo del invierno en China, representa en Japón la alegría fugas y la inocencia de la juventud. La vaca es sagrada en la India, pero comestible en gran parte del resto del mundo. El sauce en China y en Japón es símbolo de la primavera y la delicadeza; en Occidente se lo relaciona con la muerte y el luto. El color amarillo significaba realeza en la antigua China (de hecho, durante ciertas dinastías sólo podía ser utilizado por el emperador), en Occidente se lo asoció con la traición y el engaño y el Islam desagrega su simbolismo de acuerdo a su matiz: si es dorado representa la sabiduría, mientras que si es pálido alude a la falsedad. La esvástica, antiquísimo símbolo ario de naturaleza positiva y de complicado simbolismo que puede resumirse en la idea de movimiento, a partir de su utilización por parte del nazismo, pasó a simbolizar exactamente eso: el nazismo y sus crímenes. Es también Jung quien vincula el símbolo y lo simbólico a otra noción vertebral de su obra: la de arquetipo, palabra que utiliza para referirse a aquellos símbolos universales que revelan la máxima constancia y eficacia, la mayor virtualidad respecto a la evolución anímica que conduce de lo inferior a lo superior. A este respecto, señala: "No se trata de representaciones heredadas, sino de cierta predisposición innata a la formación de representaciones paralelas que denominé inconsciente colectivo. Los arquetipos no representan algo externo al alma (aunque, desde luego, sólo las formas del mundo circundante proporcionan las formas en que se nos manifiestan), sino que, independientemente de sus formas exteriores, trasuntan más bien la vida y la esencia de un alma no individual". (El libro de los símbolos)

1 comentario:

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