Hacer una pausa y mirar hacia adelante

Cada tanto es bueno hacer una pausa y mirar hacia adelante. Detener la marcha, tomar aliento, disminuir el ritmo interno y luego, observar el camino. Nos suministra tranquilidad, como tomarnos un respiro y orde- narnos. Nos permite corregir y rearmar nuestros propios pasos. No es bueno correr siempre sin parar y sin poder detenerse a pensar. Hacer la pausa, detener la marcha, suspender la marcha, hacer un paréntesis, pa- ra luego seguir más claramente, más limpiamente. Ordenar las ideas, a- comodar los pensamientos, pausar la vida y darle aire a nuestro futuro. Iluminar el camino, acomodar la linterna, enfocar y alinear. Enfocar y alinear, de eso se trata, de no desparramar energía, de concentrarla, de utilizarla austeramente, de atesorarla y aplicarla con esmero y economía. Economizar la energía...tarea central en nuestras vidas. Saber donde sí y dónde no, hacer una pausa y mirar adelante. Vivimos tan rápido y a tal velocidad que no nos permitimos parar. La idea de que el caos sobreven- drá si no nos movemos a gran velocidad, es una idea que nos evita pen- sar y ordenarnos. Luego la vida misma nos detendrá. Los seres humanos esperan que de afuera venga el límite y no se dan cuenta de cuánto mejor es ponerlo nosotros. Las detenciones forzosas son desagradables e incó- modas, son intempestivas y nada podemos hacer. Siempre es buena la pausa y el equilibrio, adoptemos una espera programada y no una frena- da brusca y desagradable. (Extraído de "Lifting espiritual" -Guillermo García Arias).