UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

agosto 06, 2007

Ante una pérdida

Cuando se produce la desaparición de un ser al que hemos amado tanto, nos encontramos desorientados, en una situación extraña, como si pisá- ramos una tierra sin sentido. Todo puede cambiar en un momento, aún en los casos en que una enfermedad haya ido haciendo su trabajo en esa per- sona a través del tiempo y lo supiéramos de antemano, más aún en aque- llos casos en que el hilo de vida se interrumpe drásticamente. Todo pierde sentido en un instante. Nos enfrentamos de pronto a una realidad en la que estamos solos, desnudos en el alma e impotentes para modificar. Sabemos en un instante lo insignificante de todo cuando nos quedamos sin su mirada, sin sus sonrisas...sufrimos mucho ante la desaparición de alguien importante en el corazón. Quedarse mirando el vacío o simplemen- te una lágrima vidriando los ojos, la tristeza nos invade y un dolor sin locali- zación pulsa en alguna parte de nuestro interior. Cuando tenemos relacio- nes muy estrechas afectivas, este campo crea lazos muy sutiles y vibran- tes hacia las otras personas y somos correspondidos, esos lazos también se extienden desde las otras personas hacia nosotros. Son lazos invisibles de los que se habla, pero que tienen una realidad concreta en niveles suti- les de energía. Cuando perdemos a un ser querido, aquí es un poco más doloroso, pues esas fibras de energía que han quedado cortadas, buscan incesantemente volver a tomar contacto con la persona a la que estaban enlazadas y como no hay explicación, se producen tirones que se tradu- cen en falta de sueño, nerviosismo, llanto, tristeza y al caminar se obser- van como están desplegadas al nivel del piso, la persona camina como a- batida, cansada, con sólo verla nos damos cuenta de su dolor. Suceden que esas fibras energéticas quedan sin sostén y caen como racimos, en- tonces es cuando se siente ese peso y ese abatimiento. Si pasa que ob- servamos algún objeto que haya pertenecido al la persona que ya no está los lazos vuelven a extenderse hacia el mismo como intentando hacer con- tacto con el ser querido, pero...nuestra razón nos vuelve a la realidad nue- vamente y allí otra vez la tristeza. Muchas son las formas de reaccionar ante una situación dolorosa; en cada individuo hay una forma particular de reacción ante situaciones similares, pero en casi todos se produce lo mis- mo: se rompen los lazos de energía que transmitían un flujo de amor entre ellos. Algunas personas tratan de no evidenciar su tristeza y al contrario tratan de mostrar una superación a través de una fachada de alegría. Otros lloran con mucha pena en su interior. Como dije antes, cada quien se mani- fiesta de diferentes formas, pero es bueno llorar. Descargar toda su emoción ante una pérdida, es ablandar todo nuestro ser interno para que fluya esa tristeza y no quede como un sector endurecido que con el tiempo no nos hará muy bien. Llorar, sentir, mostrar el dolor. Eso es el duelo. Y por qué negarlo, sufrimos por un motivo que nos hace infelices, entonces la persona debe tomarse el tiempo necesario para readaptarse a una nueva situación, el tiempo de llan- to y también el tiempo del restablecimiento. Somos seres hachos de pen- samientos y de emociones....tan duros para tantas cosas y tan frágiles ha- cia lo irremediable. (Extraído de www.angelred.com).

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